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Vida entre fumarolas

Vida entre fumarolas

Roberto Martinez

Un gallo canta, los primeros rallos del sol se hacen notar por las diferentes rehendijas que están alrededor de una pequeña casa forrada de plástico y cartón, el calor parecer insoportable debido a la fatiga se levantan Walter un pequeño de doce, Eduardo de diez, y Carlitos de nueve años.

Son las once de la mañana, los tres se sientan en una esquina de la entrada a los hervideros de san Jacinto, esperando al acecho de cualquier turista extranjero o nacional para servirles de guía turístico, ya que esta es la única forma de llevar un poco de dinero a sus hogares, la espera es larga y el tiempo es corto para estos tres pequeño. A mitad del día se aparecen dos forasteros a los que como si fueran caídos del cielo los tres se disputan quien los llevara a dar el tour por la zona de los hervideros.

Los hervideros de san de Jacinto están ubicados a más de 150 kilómetros de la capital Managua y a 15 minutos de la ciudad de león, el camino es largo, pero vale la pena ir a deleitarse de la increíble belleza de este paisaje peculiar por sus fumarolas y el lodo que según sus habitantes posee poderes curativos, están ubicados al pie del imponerte volcán santa Clara.

La hora de trabajar ha llegado, la disputa entre los tres quedó en la decisión de los dos visitantes, quienes escogieron a Walter el pequeño de doce años. El tour comienza desde que llegan a la entrada de bienvenida donde el niño los dirige hacia las inmediaciones de las fumarolas, las que están rodeadas de una cinta amarilla indicando el peligro, pero eso a Walter no parece importarle ya que les ofrece un poco de lodo “con poderes curativos” a cambio de lo que fuera su voluntad.

La hazaña del guía es acompañada de centenas de flash que reflejaban los diferentes ángulos de la toma del lodo. Después Walter le hace una breve historia de lo que sus padres le han contado y de lo poco que él han vivido.

El día poco a poco de se termina, la tarde se torna tibia el sol se sitúa un poco detrás de la silueta del volcán santa Clara. El tour ya ha terminado la recompensa por su trabajo fue buena la voluntad de los fuereños fue muy generosa. La hora de la despedida llegó, Walter los guía hacia la salida donde con una grata sonrisa les dice “gracias espero que vuelvan pronto”

1 comentario

ileana -

Que pena como en nuestro pais los niños tienen que buscar como sobrevivir de una y otra manera, aqui miramos como, si estos niños no encuentran turistas no trabajan, y si no trabajan no comen.
me parece interesante este tema ,por que asi miramos la realidad que enfrentan los niños de nuestro pais.